domingo, 20 de marzo de 2011
Masacre en Benghazi
sábado, 19 de marzo de 2011
Violación del alto el fuego, Comienza la Batalla de Benghazi
La carretera que lleva al frente está despejada, pero el conductor no se fía. En el primer check point rebelde nos avisan de que la ruta esta salpicada de patrullas de Kadaffi que se han colado camuflados en la inmesidad del desierto. Quince minutos antes llegar a la entrada de Ajdabiya el paso está cerrado por un reducto de guerrilleros de la revolución que se reavastecen en retaguardia. Oussama, es un ingeniero benghazino que reside en Cambridge desde hace años. Se disculpa y nos explica: “los combates son intensos dentro y en las afueras de Ajdabiya”. Ellos, los rebeldes, controlan los accesos norte y oeste y parte del centro. Los otros dos accesos y la parte sur de la ciudad, incluido el hospital, son controladas por los mercenarios de Gadaffi. “Hay regulares, si. Pero también he visto hombres de la panáfricana y soldados asiáticos”
Durante la estancia en el check point, varios guerrilleros se acercan a suplicar que hablemos de esta brutal violación del alto el fuego, también reclaman la intervención para asegurar la exclusión del espacio aéreo. “¿Dónde están los aliados?¿Dónde está Francia? ¡¡Nos están bombardeando!!” comenta otro guerrillero en un inglés básico, mientras otros guerrilleros se agolpan alrededor hablando y haciendo señas, está evidentemente nerviosos.
A la noche, las comunicaciones en Benghazi habían sido cortada y el se habia perdido casi cualquier forma de contactar en el este de Libia. Solo una pobre conexión internet vía satélite permitía transmitir informaciones de forma intermitente. Hacia las 22:00, hora local, se comenzaban a escuchar de nuevo las detonaciones y el tableteo de las ametralladoras en las afueras de la ciudad. Durante la madrugada, se escucharon bombardeos de artillería intensos y los combates eran muy cercanos a la calle Sharia Al-Jezaeer, donde están ubicados tres hoteles de la prensa.
A las 8 de la mañana, el ruido de los cazas sobrevolaba la ciudad de Benghazi y uno de ellos fue derribado. Las informaciones son muy confusas, pero según la cadena de televisión Al Jazeera, el avíón puede ser un Sujoy del ejercito rebelde. Si bien esto parece improbable, pues la fuerza aérea de la revolución es muy escasa y una violación de la zona de exclusión aérea les dejaría en muy mal lugar ante la comunidad internacional.
Los tiroteos son intensos y los guerrilleros se afanan en cada parar el avance de las tropas del dictador en cuadra. Se siguen escuchando cazas sobrevolando la ciudad y bombardeos de artillería pesada, así como detonaciones de granadas y lanzacohetes. Armados con Kalashnikovs, antiguos fusiles de principios del S.XX, cócteles Molotov, palos o machetes. Los guerrilleros tratan de resistir este último envite de los regulares y mercenarios Gaddafistas.
Así las cosas, la situación es que mientras se espera a que las fuerzas aliadas intervengan para evitar una masacre en Benghazi, Gadaffi aprieta al máximo con la idea de sentarse a la mesa de negociaciones con la capital rebelde sitiada o en sus manos. Ahora mismo, las informaciones son confusas, pero todo parece indicar que Benghazi, se encuentra rodeada y bajo asedio.
viernes, 18 de marzo de 2011
Extraño día en Benghazi
Los bombardeos, pese a conseguir acertar sobre el aeropuerto y dañar varios aviones comerciales de Libian Airways, supusieron una derrota táctica y moral para las tropas del dictador libio al ser derribados dos cazas MIG-21. Ambos se estrellaron en la periferia de la ciudad de Benghazi, en las localidades de Sidi Mansour y Banuni. La noticia corrió como la pólvora por la ciudad y cientos de personas salieron a las calles a festejar los derribos portando la bandera tricolor de la revolución.
Dos milicianos observan los bombardeos en el frente de la ciudad de Ajdabiya
Al caer la noche, los para militares gadaffistas que se esconden en la ciudad desde el levantamiento, volvieron a salir a las calles. Así comenzaba otra noche de combates de guerrilla urbana en Benghazi, esta vez, mucho más cerca del centro de la ciudad. De nuevo se echaban las persianas de los negocios y las calles quedaban vacías y en silencio. Un silencio solo roto por el ir y venir de camionetas “Pick Up” artilladas con ametralladoras pesadas y cargadas con milicianos del ejercito del 17 de febrero.
Las detonaciones y el tableteo de las ametralladoras duro desde la caída del sol hasta la medianoche. Entonces, al saberse el fallo favorable al cierre del espacio aéreo parte del consejo de seguridad de la ONU, de nuevo, millares de personas vencieron su miedo a salir a la calle para celebrar otra victoria más sobre las tropas del dictador Muanmmar Gadaffi. La segunda en un mismo día.
Miliciano del ejercito rebelde duerme en el desierto, cerca del frente de Ajadabiya
El camino hacia la “cornisse”, lugar en el que se encuentra el edificio del consejo de gobierno de la revolución, era un ir y venir de personas que con la recurrida bandera tricolor y cualquier tipo de arma de fuego, disparaban al aire y lazaban el grito de guerra de los muyahiddin del 17 de febrero: “Allah hu akbar” (Dios es el más grande)
Frente al edificio más emblemático de la revolución se dieron cita unas 8000 personas, aproximadamente, henchidas de ilusión y orgullo por la victoria moral. Coreaban cantos contra Kadaffi y su famnilia, y también a favor de la democracia que la revolución quiere traer a este pueblo. También se escuchaban coros a favor del pueblo francés y de su presidente Sarkozy, principal impulsor de esta resolución.“Francia, EE.UU, Italia... son grandes. Rusia, China y Alemania, son basura” Decía Mahmoud, un joven miliciano, en referencia a aquellos países que habían votado a favor de la resolución, o por el contrario se habían abstenido.
Milicianos preparan una pieza de artilleria sobre un pick up, cerca de Ajdabiya
La fiesta se extendió durante largas horas de la madrugada en el centro neurálgico de la revolución, y durante toda la noche, los disparos de la fiesta se confundieron con los combates que se libraban en los barrios periféricos.
La mañana de hoy llegó con el anuncio de alto el fuego unilateral e inmediato del Coronel Kadaffi. Si bien, he podido constatar a pocos kilometros de Ajdabiya que los combates siguen siendo encarnizados en esta población: principal via de acceso para los suministros de la parte liberada. Desde las 12 de la mañana la artilleria de los militares y mercenarios del dictador batían las lineas de los rebeldes y a las 18:00 hora local, aún se seguía peleando en el interior de esta ciudad de un 120.00 habitantes.
sábado, 5 de marzo de 2011
Siete días en Ras Ajdir
Todo ha sido muy confuso esta semana...
El recuerdo que tenía de estas tierras era un atardecer en el desierto junto a una manada de turistas idiotizados. Todos montando a camello perdiendo la mirada en esos paisajes que abundan tan poco por Europa y creyéndonos, como poco, la reencarnación de Laurence de Arabia. Soñar es gratis y más de vacaciones.
Hoy, una semana después de aterrizar en esta tierra, son muchas las la imagen que se me vienen a la memoria. El campo de refugiados de Choucha, las avalanchas de refugiados en las frontera de Ras Ajdir, la violencia con la que se contenían y, por hablar de cosas agradables, las caravanas de civiles tunecinos cargadas con ayuda sacada de colectas y más colectas.
Se me hace difícil contar los dimes y diretes de este éxodo explosivo y espontáneo. Tampoco quiero repetir lo que ya se ha escrito. Todos sabemos que el mundo está lleno de hijos de puta, y que casi siempre, las acciones y decisiones de estos iluminados tienen consecuencias funestas para aquellos que pasan por el mundo sin más intención que sobrevivir, aunque ello les cueste la vida.
Miro al mar desde la terraza del hotel y me parece mentira que pocos metros más adentro, pocos días más atrás, todo esto fuera un caos abrumador. Hoy lo es, quizás no tanto. Reproduzco, como por inercia, las imágenes que cierra mi obturador y pienso que para qué hablar, para qué escribir. Quizás enseñar lo visto, tenga mucho sentido, más sentimiento y menos trampa.